En "The Glass Castle", Jeannette Walls reflexiona sobre la noción de pertenencia y hogar a través de sus esperanzas para su madre. Ella anhela que ella haya encontrado un verdadero sentido de pertenencia en California, un lugar que simboliza la calidez, la libertad y la alegría. Las imágenes de bailar bajo la lluvia y dormir bajo las estrellas transmiten un anhelo profundo por una vida simple pero satisfactoria conectada con la naturaleza.
Esta visión idealizada de California representa la oportunidad de felicidad y una existencia satisfactoria. Walls romantiza la idea de elegir las uvas de las vides, lo que sugiere un regreso a un estilo de vida no contaminado y armonioso. A través de esta perspectiva, enfatiza el deseo intrínseco de conexión con un lugar que se siente como en casa.