El protagonista reflexiona sobre su experiencia con la ansiedad, reconociendo que opera independientemente de la lógica o la evidencia. Se asemeja a un miedo a la oscuridad, donde la tranquilidad por la ausencia de amenazas no puede aliviar el miedo. La ansiedad puede existir sin ninguna justificación o causa clara, a menudo personas abrumadoras, independientemente de sus circunstancias.
Esta visión de la ansiedad destaca su naturaleza irracional, enfatizando que no siempre se puede domesticar a través del razonamiento. El peso emocional de la ansiedad puede ser tan complejo y desconcertante como los temores irracionales que alberguemos, lo que indica que comprender estos sentimientos requiere más que un análisis lógico.