En las memorias de Jeannette Walls "The Glass Castle", describe una lucha interna tumultuosa donde los pensamientos positivos a menudo están abrumados por la negatividad generalizada. Esta dualidad de pensamiento refleja el caos de su educación y el impacto que tiene en su estado mental. Las imágenes de los cuervos enfatizan el peso de estos sentimientos negativos, mientras envuelven su entorno y crean una atmósfera de presentimiento.
Esta metáfora ilustra cuán intrusivos pueden ser los pensamientos negativos, comparándolos con una nube oscura que desciende inesperadamente, eclipsando cualquier luz o esperanza. La representación de Walls de esta agitación mental sirve para resaltar la batalla en curso entre optimismo y desesperación, un tema que resuena a lo largo de su viaje de resiliencia y supervivencia a pesar de los desafíos que enfrentó en su infancia.