El coronel Jiang Shi tenía un profundo desdén por los políticos, a quienes él creía que carecían de las habilidades analíticas y la comprensión de la guerra necesaria para la toma de decisiones efectivas. Sus frustraciones crecieron cuando se dio cuenta de que el Comité Permanente del Politburó, la mayor autoridad en el Partido Comunista Chino, controló todas las acciones en China, dejándolo sin más remedio que involucrarlos. Esta participación fue particularmente problemática para Shi, ya que prefería mantener la política separada de las operaciones militares.
Cuando el Secretario General invitó a Shi a presentar sus planes, sintió una inmensa presión. Se debatió el resultado de la reunión; Algunos lo consideraron exitoso, mientras que otros pensaron que era un fracaso. Shi, sin embargo, lo vio pesimista, creyendo que el compromiso con los políticos socavó los objetivos y estrategias de los militares, reafirmando su convicción de que la interferencia política podría conducir a consecuencias desastrosas en la guerra.
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