Venid a nuestro hogar, hijas de la Tierra; habita en nuestros túneles, cosecha nuestros campos; Lo que no podemos hacer, ahora estás en nuestras manos para hacerlo por nosotros. Florecer, árboles; madurar, campos; sed cálidos para ellos, soles; Sed fértiles para ellos, planetas: son nuestras hijas adoptivas y han vuelto a casa.
(Come into our home, daughters of Earth; dwell in our tunnels, harvest our fields; what we cannot do, you are now our hands to do for us. Blossom, trees; ripen, fields; be warm for them, suns; be fertile for them, planets: they are our adopted daughters, and they have come home.)
En esta cita de "El juego de Ender" de Orson Scott Card, hay una sentida invitación a las hijas de la Tierra para que se unan y ayuden en el trabajo de nutrir y cultivar el planeta. El orador reconoce su conexión compartida y la dependencia de estas hijas para realizar tareas que pueden estar más allá de su capacidad, lo que significa un vínculo de confianza y cooperación entre ellas.
Las imágenes de árboles floreciendo, campos madurando y cuerpos celestes brindando calidez subrayan el apoyo mutuo en esta relación. Las hijas adoptivas simbolizan esperanza y renovación, ya que son bienvenidas en un hogar donde pueden florecer y prosperar, reforzando el tema de la unidad y la responsabilidad compartida en el cuidado de la Tierra y su medio ambiente.
