Queridos amigos, comenzó, no hay un horario para la felicidad; Se mueve, creo, de acuerdo con las reglas propias. Cuando era niño, pensé que sería feliz mañana, cuando era joven pensé que sería la próxima semana; El mes pasado pensé que nunca sería. Hoy, sé que es ahora.
(Dear friends, he began, there is no timetable for happiness; it moves, I think, according to rules of its own. When I was a boy I thought I'd be happy tomorrow, as a young man I thought it would be next week; last month I thought it would be never. Today, I know it is now.)
En la cita, el orador reflexiona sobre la naturaleza de la felicidad, lo que sugiere que no sigue un horario establecido. A lo largo de las diferentes etapas de su vida, tenía varias expectativas sobre cuándo encontraría la felicidad, solo para darse cuenta de que no es algo que pueda ser cronometrado o predicho. En cambio, la felicidad es algo que existe en el momento presente, destacando la importancia de vivir en el ahora.
Esta visión enfatiza que buscar la felicidad en el futuro, ya sea esperando un tiempo o evento específico, puede conducir a la decepción. La evolución del hablante de una creencia ingenua en la felicidad futura a una comprensión de su inmediatez sirve como un recordatorio de que la alegría se puede encontrar en el presente y que a menudo surge inesperadamente en lugar de cumplir con los objetivos futuros. En última instancia, el mensaje fomenta la atención plena y la apreciación del momento actual, donde se puede descubrir la verdadera felicidad.