La cita del libro de Joseph Heller "God Knows" sugiere una dualidad en cómo las personas perciben el destino en función de sus experiencias. Cuando las circunstancias se alinean favorablemente, las personas se apresuran a adoptar el concepto de destino, viendo su buena fortuna como parte de un plan más grande. En este contexto, el destino se siente positivo y tranquilizador.
Por el contrario, cuando se enfrenta a dificultades o desgracia, la idea del destino puede sentirse inadecuada o engañosa. Heller argumenta que tales resultados negativos no deben atribuirse al destino, sino que se etiquetan como injusticia, traición o mera mala suerte. Esta perspectiva fomenta una visión más crítica del destino, recordándonos que nuestras dificultades merecen un reconocimiento más allá de una interpretación simplista del destino.