Randy Alcorn, en su libro "Al ver lo invisible: una dosis diaria de perspectiva eterna", discute las limitaciones del materialismo. Argumenta que incluso si persigue a las posesiones materiales podría traer felicidad temporal, en última instancia no prepara a las personas para las realidades espirituales de la vida después de la muerte. El materialismo, afirma, nos distrae de reconocer nuestras necesidades y deficiencias espirituales.
Alcorn enfatiza que buscar significado únicamente a través de medios materiales es un camino ineficaz. El verdadero cumplimiento y la comprensión deben provenir de una relación con Dios, que es la verdadera fuente de la vida y la bondad. Ignorar esta dimensión espiritual no solo conduce a una existencia sin sentido, sino que también nos ciega a la riqueza de una vida centrada en el propósito divino.