Desde una edad temprana, el protagonista encontró consuelo en soledad, a menudo eligiendo estar solo en lugar de en compañía de otros. Su amor por la lectura le permitió sumergirse en diferentes mundos, proporcionando un escape muy necesario de su realidad. Ella juzgó los libros no solo por su contenido, sino por la eficacia con la que la transportaron lejos de su entorno.
A menudo, durante sus tiempos más difíciles, la literatura se convirtió en su refugio, permitiéndole vivir indirectamente a través de varios personajes y experiencias. Sin embargo, hubo momentos en que su agitación emocional obstaculizó su capacidad para concentrarse en la lectura, dejándola profundamente desolada y desconectada de la comodidad que generalmente encontraba en los libros.