En una conversación sobre su pasado, Jeannette y Lori reflexionan sobre los numerosos lugares que han vivido, destacando la complejidad de lo que significa realmente "vivir" en alguna parte. La discusión revela que el número de noches pasadas en un lugar puede influir en su percepción de residencia. Después de contar, llegan a once lugares diferentes, aunque luchan por recordar ciudades y hogares específicos, enfatizando la naturaleza transitoria de sus experiencias.
Su diálogo pide a Jeannette que reflexione sobre el impacto del movimiento constante en sus vidas. La respuesta de Lori sugiere que su estilo de vida nómada puede ser un medio de evasión. Este intercambio encapsula su historia compartida de inestabilidad y las implicaciones emocionales de una vida gastada en movimiento, cuestionando en última instancia las consecuencias de su implacable cambio.