En "Bergdorf Blondes", la autora Plum Sykes hace referencia al dicho "no desperdiciar, no querer", creado originalmente por los británicos durante la guerra para alentar a los niños a terminar su comida. Sykes utiliza esta expresión para resaltar una perspectiva moderna sobre el gasto. En lugar de centrarse en las nociones tradicionales de frugalidad, sugiere con humor que se debe evitar gastar dinero en gastos mundanos como el alquiler.
En cambio, Sykes aboga por dirigir las finanzas hacia compras más placenteras, como ropa de moda. Esta versión lúdica de un conocido adagio refleja una elección de estilo de vida que prioriza el disfrute personal sobre las responsabilidades convencionales, revelando una actitud alegre hacia el consumismo.