En "The Glass Castle", Jeannette Walls enfatiza el valor de la autenticidad sobre la superficialidad a través de una cita memorable. Ella expresa una preferencia por un patio lleno de artículos reales y desordenados sobre la estética de los adornos de césped baratos que carecen de una verdadera sustancia. Esto refleja sus experiencias de vida más amplias, donde a menudo enfrentaba la dicotomía entre la vida genuina y las fachadas que la gente crea.
Esta cita captura la esencia de la educación de las paredes, marcada por el caos y una apreciación por lo genuino. En lugar de conformarse con las expectativas o apariencias sociales, defiende una existencia más auténtica, una que abarca realidades desordenadas en lugar del encanto artificial de la decoración superficial.