En un escenario hipotético donde los hombres ya no existen, uno de los resultados primarios es la eliminación de la selección sexual. Sin dos sexos, la competencia inherente a los procesos de apareamiento, particularmente que entre los espermatozoides, cesa. Esta simplificación de la reproducción conduce a un cambio significativo en la dinámica social, ya que la ausencia de características masculinas que a menudo impulsan la ambición y la codicia puede aliviar las presiones sociales que contribuyen a los conflictos globales.
.La eliminación de la influencia de los hombres permite un mundo más pacífico, despojado de los conflictos y luchas históricas que a menudo han surgido de su dominio. Como resultado, los problemas colectivos que cargan del planeta pueden comenzar a sanar, creando un entorno donde la cooperación y la crianza podrían prosperar en ausencia de una competencia agresiva. La exploración de Bryan Sykes de estos temas enfatiza la interacción entre la genética y las construcciones sociales y desafía a los lectores a reflexionar sobre las consecuencias de la selección sexual.