Si realmente quieres lastimarte a tus padres, y no tienes el descaro de ser gay, lo menos que puedes hacer es ir a las artes. No estoy bromeando. Las artes no son una forma de ganarse la vida. Son una forma muy humana de hacer la vida más soportable. Practicar un arte, no importa cuán bien o mal, es una forma de hacer que tu alma crezca, por el amor de Dios. Canta en la ducha. Baila a la radio. Contar historias. Escribe un poema a un amigo, incluso un poema pésimo. Hazlo tan bien como sea posible. Obtendrá una enorme recompensa. Habrás creado algo.
(If you want to really hurt you parents, and you don't have the nerve to be gay, the least you can do is go into the arts. I'm not kidding. The arts are not a way to make a living. They are a very human way of making life more bearable. Practicing an art, no matter how well or badly, is a way to make your soul grow, for heaven's sake. Sing in the shower. Dance to the radio. Tell stories. Write a poem to a friend, even a lousy poem. Do it as well as you possible can. You will get an enormous reward. You will have created something.)
Kurt Vonnegut enfatiza la importancia de las artes como una salida profunda para la expresión personal y el crecimiento emocional. Sugiere juguetonamente que seguir una carrera en las artes puede ser una forma sorprendente de desafiar las expectativas de los padres, especialmente si uno se siente incapaz de adoptar su identidad abiertamente. Las artes, en su opinión, ofrecen no solo un medio de supervivencia sino una forma de enriquecer la vida y el espíritu de uno. Participar en actividades creativas, ya sea cantando o escribiendo, fomenta una sensación de logro y permite el desarrollo personal.
vonnegut alienta a las personas a abrazar las artes independientemente de su nivel de habilidad, destacando que el acto de creación es gratificante en sí mismo. Él cree que cada intento de expresión artística contribuye al crecimiento del alma. Al participar en esfuerzos creativos, las personas pueden encontrar alegría y significado en sus vidas, lo que sugiere que el valor de las artes no radica en profesionalismo sino en la satisfacción intrínseca y la conexión que proporciona. En última instancia, aboga por una vida llena de creatividad, ya sea a través de actos simples de expresión artística o actividades más serias.