Por las noches, mi padre y yo cenamos en silencio frente a la televisión juntos. Miércoles por la noche, jueves. Cenas congeladas que había elegido en la tienda de comestibles, grandes éxitos por mis fábricas favoritas. Uno de los mejores, en Indiana, se enorgullecía de un conjunto de alimentos sin tacto, lo que significaba que cada paso fue monitoreado por los brazos robóticos, los que colocaron las tortillas en el plato, las colocaron queso, caídas de salsa de tomate en la parte superior, y lo metieron en el horno gigante, produciendo así una enchilada en blanco absolutamente en blanco.
(In the evenings, my father and I ate dinner quietly in front of the TV together. Wednesday night, Thursday. Frozen dinners I'd picked out at the grocery store, greatest hits by my favorite factories. One of the best ones, in Indiana, prided itself on a no touch food assembly, which meant every step was monitored by robotic arms, ones that placed the tortillas into the dish, layered them with cheese, dropped dollops of tomato sauce on top, and shoved it all into the giant oven, thus producing an utterly blank enchilada.)
Por las noches, el narrador comparte cenas tranquilas con su padre mientras mira la televisión. Las comidas consisten en cenas congeladas elegidas de la tienda de comestibles, destacando la simplicidad y la rutina de sus noches juntas. Estas comidas recuerdan a los buenos recuerdos y la comodidad, pero también ilustran una cierta desconexión entre los dos individuos.
Una cena congelada particular, hecha por una fábrica en Indiana, muestra un proceso altamente automatizado que enfatiza la eficiencia sobre el toque personal. Este enfoque mecanizado produce una enchilada suave, simbolizando una falta de calidez e individualidad en sus comidas, lo que refleja temas más amplios de vacío en su dinámica familiar.
