En "Princess: Secrets to Share", el autor Jean Sasson destaca la importancia de involucrarse con activistas no violentos que se centran en establecer organizaciones efectivas. Estos activistas priorizan la participación de los ciudadanos en los procesos de toma de decisiones y el gobierno, creando un entorno más inclusivo. Al fomentar la cooperación y la comunicación, contribuyen al progreso social sin recurrir a la violencia.
Sasson argumenta que descuidar las voces de las personas puede conducir a la frustración y la hostilidad. Al empoderar a las personas en lugar de marcarlos, los activistas no violentos trabajan hacia un enfoque más pacífico y colaborativo de la gobernanza. Esto no solo promueve la estabilidad, sino que también fomenta un sentido de participación de la comunidad y propiedad entre los ciudadanos.