Es la maldición de la humanidad que aprende a tolerar incluso las situaciones más horribles por habituación. La educación médica no existe para proporcionar a los estudiantes una forma de ganarse la vida, sino para garantizar la salud de la comunidad. Los médicos son los abogados naturales de los pobres, y los problemas sociales deberían ser resueltos en gran medida por ellos.
(It is the curse of humanity that it learns to tolerate even the most horrible situations by habituation. Medical education does not exist to provide students with a way of making a living, but to ensure the health of the community. The physicians are the natural attorneys of the poor, and the social problems should largely be solved by them.)
La cita destaca un problema profundo dentro de la capacidad de la humanidad para adaptarse a la adversidad, lo que a menudo conduce a una aceptación de circunstancias terribles. Sugiere que los individuos pueden desensibilizarse por las severas dificultades, perdiendo de vista la necesidad del cambio. Esta idea es particularmente relevante en el contexto de la educación médica, que debería priorizar la salud de la comunidad sobre la mera oportunidad económica para los estudiantes.
Además, la declaración enfatiza el papel crucial de los médicos como defensores de los marginados. Afirma que los médicos poseen una responsabilidad única de abordar y aliviar los problemas sociales, posicionándolos como jugadores vitales en la lucha contra la pobreza y la desigualdad. En última instancia, el trabajo de los médicos se extiende más allá del mero tratamiento; abarca un compromiso con la justicia social y el bienestar de todos los miembros de la comunidad.
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