En el libro "Gestión del dinero de Dios", el autor Randy Alcorn enfatiza la importancia de priorizar los valores eternos sobre las ganancias temporales. Él cuestiona el valor de perseguir posesiones materiales que finalmente se desvanecerán, desafiando a los lectores a reflexionar sobre sus motivaciones e inversiones en la vida. La perspectiva que ofrece nos recuerda que la verdadera sabiduría radica en centrarse en lo que realmente importa.
Alcorn cita la cita de Jim Elliot: "No es un tonto quién da lo que no puede mantener para ganar lo que no puede perder", destacando la idea de que sacrificar las comodidades temporales para las recompensas eternas es una buena elección. Esto requiere una reevaluación de nuestras actividades, instándonos a buscar lo que tiene un significado duradero en lugar de placeres fugaces.