En "The Glass Castle" de Jeannette Walls, el autor reflexiona sobre la importancia de la autenticidad y la autoaceptación. Ella enfatiza que la vida es fugaz, lo que hace que sea crucial priorizar nuestros verdaderos seres sobre el juicio de los demás. La narrativa alienta a los lectores a adoptar su individualidad y no preocuparse demasiado por las expectativas u opiniones sociales.
Los muros afirman que la aceptación de otros es secundaria a la autoaceptación. Al ilustrar sus propias experiencias al crecer en una familia tumultuosa, destaca la necesidad de la resiliencia y el coraje de ser uno mismo. El mensaje general es que vivir honesto y completamente es mucho más valioso que buscar la aprobación de los demás.