¡Escucha, no creas en los cuentos de hadas! Después de esa feliz boda para siempre, nunca te cuentan el resto de la historia. Incluso si puedes casarte con el Príncipe, todavía te despiertas por la mañana con la boca de sabor como el limpiador de drenaje y tu cabello plano a un lado.

(LISTEN, don't believe in fairy tales! After that happy-ever-after wedding, they never tell you the rest of the story. Even if you get to marry the prince, you still wake up in the morning with your mouth tasting like drain cleaner and your hair all flat on one side.)

por Barbara Kingsolver
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La cita enfatiza la realidad que sigue lo que a menudo se representa como un final perfecto en los cuentos de hadas. Sugiere que la vida después de un evento aparentemente feliz, como una boda, puede ser mundana o incluso desagradable. El contraste entre el ideal del cuento de hadas y la verdad de la vida cotidiana sirve como un recordatorio de que la felicidad no siempre es tan sencilla como parece.

Esta perspectiva desafía la noción de que las relaciones o los hitos significativos garantizan una alegría continua. En cambio, resalta la importancia de reconocer las complejidades y desafíos que vienen después de la celebración, lo que sugiere que la verdadera esencia de la vida está marcada por los altibajos, en lugar de una constante felicidad del cuento de hadas.

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enero 24, 2025

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