La cita analiza la compleja dinámica de las disputas territoriales, utilizando Irlanda del Norte como un ejemplo destacado. Destaca que los problemas no se basan únicamente en la religión, a pesar de ser un marcador significativo de identidad. El conflicto está profundamente arraigado en los movimientos históricos de poblaciones y demografía en lugar de solo prácticas religiosas.
El autor enfatiza que los colonos protestantes, muchos de los cuales eran de Escocia, desplazaron a los irlandeses nativos, ilustrando cómo los patrones de migración y asentamiento influyen en las divisiones sociales. Esta perspectiva fomenta una comprensión más amplia del conflicto, lo que sugiere que la interacción de la identidad, la historia y el movimiento da forma a estas disputas.