El hombre es la única criatura que consume sin producir. No le da leche, no pone huevos, es demasiado débil para tirar del arado, no puede correr lo suficientemente rápido como para atrapar conejos. Sin embargo, él es señor de todos los animales. Los establece para que trabajen, les devuelve el mínimo que les impedirá morir de hambre, y el resto que se guarda para sí mismo.
(Man is the only creature that consumes without producing. He does not give milk, he does not lay eggs, he is too weak to pull the plough, he cannot run fast enough to catch rabbits. Yet he is lord of all the animals. He sets them to work, he gives back to them the bare minimum that will prevent them from starving, and the rest he keeps for himself.)
La cita de la "granja de animales" de George Orwell destaca la paradoja del papel de la humanidad en la naturaleza. Si bien los humanos no contribuyen a la producción de la manera en que los animales, al proporcionar alimentos o ser físicamente capaces de parto, dominan el reino animal. Esto subraya una ironía extraña: a pesar de sus debilidades, los humanos afirman el control sobre otras criaturas, dictando cómo viven y qué producen.
Además, el pasaje critica la naturaleza explotadora de la sociedad humana. Los humanos toman más de lo que dan, asegurando su propia supervivencia y comodidad mientras proporcionan lo suficiente para mantener vivos a los animales. Esto refleja un comentario más amplio sobre las jerarquías sociales y económicas, donde el poderoso beneficio a expensas de los vulnerables, lo que lleva a un sistema de opresión que persiste en todo el mundo natural.