En "El arte de la vida", Epicteto enfatiza que no son eventos externos los que interrumpen nuestra paz mental, sino más bien las creencias e interpretaciones que creamos sobre esos eventos. Nuestra comprensión y reacciones a las circunstancias dan forma a nuestras respuestas emocionales, lo que lleva a la perturbación o la tranquilidad. Este concepto sugiere que nuestro diálogo interno y las percepciones juegan un papel crucial en la forma en que experimentamos el mundo que nos rodea.
Esta idea alienta a las personas a reflexionar sobre sus pensamientos y actitudes, lo que sugiere que alterar nuestros principios y nociones, podemos lograr un estado de ser más sereno. En lugar de tratar de cambiar situaciones externas, centrarse en nuestros marcos mentales puede empoderarnos para navegar por los desafíos de la vida con mayor resiliencia y claridad.