En "The Glass Castle", Jeannette Walls reflexiona sobre los valores impartidos por sus padres, enfatizando la importancia de enfrentar miedos y rechazar las normas sociales. Su mamá y su papá alentaron a sus hijos a abrazar la individualidad y resistirse a conformarse con las expectativas y prejuicios de los demás. Creían en vivir auténticamente, independientemente de lo que el mundo considerara aceptable o apropiado.
Esta lección sobre coraje y mentalidad abierta moldeó la perspectiva de Jeannette sobre la vida. Le inculcó un fuerte sentido de sí mismo y la capacidad de navegar los desafíos sin ser obstaculizado por el miedo o el juicio. Walls destaca cómo estos principios guiaron su educación e influyeron en su carácter resistente a lo largo de sus experiencias de vida.