Mi vieja mamá siempre decía: si el cerebro era pólvora, no podría soplar sus jodidas cejas.
(My old mum always said, if brains was gunpowder he couldn't blow his fucking eyebrows off.)
En su libro "Faces", Martina Cole reflexiona sobre la sabiduría de su madre, quien a menudo destacaba la importancia de la inteligencia y el sentido común. La cita enfatiza una falta de inteligencia percibida en alguien, ilustrando cómo la capacidad intelectual insuficiente puede conducir a acciones tontas. Este comentario humorístico pero contundente sirve como una crítica de las personas que no usan sus facultades mentales de manera efectiva.
La frase implica que sin una comprensión o juicio adecuado, uno es incapaz de incluso las tareas más simples, como manejar la pólvora de manera segura. La madre de Cole usa esta expresión colorida para transmitir sus pensamientos sobre el intelecto, lo que sugiere que algunas personas son tan ausentes que son prácticamente incapaces de lograr algo significativo, incluso si sus vidas dependían de ello.