La vida de nadie va según lo planeado. Entonces, ¿por qué seguimos planificando? Porque así es como sabemos quiénes somos. Por lo que pretendemos ser. Por lo que intentamos llegar a ser. Y fallar. No digo "fallar". Vi que apuntamos y fallamos. Pero todavía tocamos algo.
(Nobodys life ever goes according to plan. So why do we keep on planning?Because that's how we know who we are. By what we intend to be. By what we try to become. And fail.I don't say 'fail'. I saw we aim and miss. But we still hit something.)
La vida a menudo da giros inesperados, lo que nos lleva a darnos cuenta de que nuestros planes no siempre se alinean con la realidad. A pesar de ello, la planificación sigue siendo una parte esencial de nuestra identidad, ya que refleja nuestras aspiraciones y la persona que nos esforzamos por convertirnos. Estas intenciones dan forma a nuestra comprensión de nosotros mismos y guían nuestras acciones.
Si bien es posible que no alcancemos todas las metas que nos fijamos, el camino para alcanzar estos objetivos tiene un valor intrínseco. El acto de intentarlo, independientemente del resultado, nos permite explorar diferentes caminos y descubrir nuevas facetas de nuestro potencial. Incluso cuando no damos en el blanco, a menudo nos encontramos adquiriendo ideas y experiencias inesperadas a lo largo del camino.