En "El arte perdido de la gratitud", Isabel Dalhousie reflexiona sobre las preocupaciones éticas que rodean la profesión médica, particularmente la influencia de las ganancias en la atención médica. Ella describe a un médico que encarna el ideal de desinterés en la medicina, retratándolo como un médico escocés antiguo que prioriza la atención al paciente sobre la ganancia financiera. Este personaje representa los valores morales que Isabel cree que debería dominar el campo.
Isabel ve la fusión de los negocios y la atención médica como un cambio perjudicial, lamentando que la percepción de los médicos como empresarios plantea una amenaza para la integridad de la profesión. Sus convicciones destacan su deseo de retorno a un enfoque más compasivo y altruista de la medicina, donde el enfoque se centra únicamente en el bienestar de los pacientes en lugar de los intereses monetarios.
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