Una vez, los amantes en costas lejanas se sentaban a la luz de las velas y mojaban tinta en un pergamino, escribiendo palabras que no podían borrarse. Se tomaron una tarde para ordenar sus pensamientos, tal vez también la noche siguiente.
(Once, lovers on faraway shores sat by candlelight and dipped ink to parchment, writing words that could not be erased. They took an evening to compose their thoughts, maybe the next evening as well.)
En "The Time Keeper" de Mitch Albom, el autor reflexiona sobre la naturaleza atemporal del amor y la comunicación. Pinta una imagen de amantes lejanos que se toman el tiempo para expresar sus sentimientos a través de letras escritas a mano, enfatizando la permanencia de estas palabras escritas. Este ritual proporciona una conexión significativa entre ellos, que muestra la dedicación involucrada en la elaboración de mensajes sinceros.
La cita sugiere que el acto de escritura no es apresurado, sino apreciado, y los amantes gastan tardes para articular sus emociones cuidadosamente. La idea de que sus palabras son indelebles destaca la importancia del amor, ya que trasciende el tiempo y la distancia, creando un vínculo duradero que captura sus pensamientos y esperanzas más profundos.