Solo los sobrevivientes de una muerte se quedan realmente solos. Las conexiones que conformaron su vida, sino las conexiones profundas y las aparentemente {hasta que estén rotas} conexiones insignificantes, todos han desaparecido.
(Only the survivors of a death are truly left alone. The connections that made up their life--both the deep connections and the apparently {until they are broken} insignificant connections--have all vanished.)
En "El año del pensamiento mágico" de Joan Didion, explora la profunda soledad que sigue a la muerte. Ella sugiere que después de que un ser querido fallece, su ausencia crea un vacío donde alguna vez existieron las diversas conexiones en la vida. Estas relaciones, ya sean profundas o aparentemente triviales, contribuyen al sentido de pertenencia e identidad de uno. Cuando se han ido, los sobrevivientes enfrentan una realidad de aislamiento.
Las reflexiones de Didion destacan que la verdadera soledad es experimentada solo por los que quedan atrás, ya que la pérdida elimina el tapiz de las relaciones que alguna vez proporcionaron consuelo y significado. El impacto de perder a alguien no se limita al dolor de su ausencia; Se extiende al desmantelamiento de una red de apoyo y experiencias compartidas, dejando al sobreviviente para navegar por un mundo que se siente repentinamente vacío.