Mitch Albom reflexiona sobre la naturaleza de la fe y las declaraciones hechas por algunos autores y celebridades sobre la existencia de Dios. Expresa curiosidad sobre sus creencias, ya que comparten con confianza sus puntos de vista durante los tiempos de salud y éxito, disfrutando de la adoración pública. Sin embargo, se pregunta qué pensamientos y contemplaciones podrían hacer eco de sus mentes durante los momentos profundos y solitarios antes de la muerte cuando su fama se desvanece.
Albom cuestiona si, en sus momentos finales, estas personas podrían experimentar un cambio en su perspectiva sobre Dios debido al miedo, una visión o una comprensión recién descubierta. Reconoce que si se produce tal transformación, puede ser desconocida para el mundo exterior, dejando sus verdaderas creencias envueltas en misterio a medida que se apartan de la vida.