En este intercambio entre Pippin y Gandalf de "El Señor de los Anillos", Pippin expresa su sorpresa y tristeza sobre el final de la vida, lo que refleja un miedo común a la mortalidad. Gandalf le asegura que la muerte no es un final, sino más bien una transición a otro viaje. Describe la muerte poéticamente, sugiriendo que es una progresión natural en lugar de algo de temer.
Gandalf pinta una imagen vívida de lo que se encuentra más allá del final de la vida: un hermoso paisaje con costas blancas y un vibrante país verde bañado a la luz del sol. Estas imágenes sirven para consolar a Pippin, ya que se da cuenta de que la vida futura puede no ser algo que temer, presentando una sensación de esperanza y paz frente a la muerte.