La cita refleja una sensación de consuelo que se encuentra en experiencias compartidas de separación y pérdida. Implica que estos momentos dolorosos son universales y afectan a todos, creando un vínculo entre aquellos que han sufrido de manera similar. Esta comprensión compartida puede proporcionar consuelo, ya que saber que otros han soportado las mismas luchas pueden hacer que el dolor individual se sienta un poco más manejable.
La idea es que si bien el dolor y la pérdida son inherentemente difíciles, el reconocimiento de que muchas personas pasan por juicios similares pueden aliviar parte de la carga. Esta experiencia colectiva puede fomentar la empatía y la conexión, permitiendo a las personas navegar por sus emociones con un sentido de apoyo comunitario. En última instancia, reconocer el dolor compartido puede provocar una apreciación más profunda por la resiliencia humana e interconexión.