En la novela "The Bean Trees" de Barbara Kingsolver, una experiencia sensorial vívida se describe como el narrador recuerda el momento en que reconocieron por primera vez el aroma de la lluvia. Este aroma se representa como poderoso y casi palpable, evocando una sensación de conexión con la naturaleza que trasciende el mero olor. Sugiere una respuesta emocional, ya que el aroma lleva consigo una multitud de sentimientos y recuerdos.
La descripción enfatiza la intensidad de la experiencia, lo que indica que el olor de la lluvia crea una atmósfera tangible que mejora la conciencia del personaje de sus alrededores. Refleja la profundidad de la experiencia humana y el profundo impacto que la naturaleza puede tener en los sentimientos y percepciones de uno.