La colonización de Escocia occidental por el reino irlandés de Dál Riata durante la primera parte del primer Millennium AD jugó un papel crucial en la configuración del paisaje cultural de la región. Este movimiento vio que el reino gaélico se estableció firmemente en Escocia, lo que influyó significativamente en las costumbres locales, el lenguaje y las estructuras sociales. Las luchas y la eventual derrota contra la UI Neill solidificaron aún más el legado cultural de Dál Riata.
Como los colonos irlandeses se integraron en la población escocesa, sus tradiciones y sistemas de gobernanza dejaron una marca duradera en la identidad de Escocia. La amalgama de estas diversas influencias no solo contribuyó al desarrollo de la cultura gaélica, sino que también estableció una base para la evolución social futura en el área, como se destaca en el examen de Bryan Sykes de las raíces genéticas de Gran Bretaña
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