Randy Alcorn, en su libro "Al ver a los invisibles", enfatiza que el optimismo genuino debe estar arraigado en la obra redentora de Jesucristo. Argumenta que cualquier base alternativa carece de estabilidad y no es confiable, comparándola con la arena en lugar de la roca. Esta metáfora ilustra que sin una base sólida en la fe, nuestras esperanzas y vidas no pueden resistir los desafíos de la eternidad.
Al anclar nuestro optimismo en Jesús, podemos encontrar verdadera fuerza y propósito. Alcorn sugiere que solo a través de esta relación redentora podemos desarrollar una perspectiva duradera que soporte las pruebas e incertidumbres de la vida, destacando la importancia de nuestros fundamentos espirituales para el cumplimiento eterno.