El protagonista reflexiona sobre la naturaleza de la felicidad, lo que sugiere que no está organizado o directo. En lugar de un camino claro, la búsqueda de la felicidad es complicada, se asemeja a una cola larga y sinuosa. Esta metáfora ilustra la imprevisibilidad de buscar alegría y satisfacción en la vida.
Además, el personaje reconoce que a veces se siente difícil identificar cuándo o si se logrará la felicidad. La idea de que el punto final de esta búsqueda puede ser esquivo indica que la felicidad no es un destino, sino un viaje lleno de giros y vueltas, lo que hace que la búsqueda sea desafiante y profunda.