El negocio de la televisión es más feo que la mayoría de las cosas. Normalmente se percibe como una especie de trinchera de dinero cruel y superficial a través del corazón de la industria del periodismo, un largo pasillo de plástico donde los ladrones y los proxenetas corren libres y los hombres buenos mueren como perros, sin ninguna buena razón.
(The TV business is uglier than most things. It is normally perceived as some kind of cruel and shallow money trench through the heart of the journalism industry, a long plastic hallway where thieves and pimps run free and good men die like dogs, for no good reason.)
La industria de la televisión a menudo se ve a través de una lente negativa, caracterizada por su crueldad y superficialidad. Como Hunter S. Thompson expresa en su libro "Generación de cerdos", el negocio de la televisión se parece a un entorno duro e implacable donde la codicia financiera eclipsa la integridad periodística. En esta descripción sombría, compara a la industria con una "trinchera de dinero", lo que sugiere que está lleno de personas que explotan a otros mientras los talentos genuinos luchan por sobrevivir.
Esta dura realidad crea un escenario en el que los valores morales y el periodismo significativo se ven comprometidos. Las vívidas imágenes de Thompson, como referirse a un "pasillo de plástico" repleto de individuos sin escrúpulos, subraya la idea de que la búsqueda de ganancias a menudo conduce al deterioro ético en los medios de comunicación. Su representación refleja un comentario más amplio sobre el estado del periodismo en la década de 1980, destacando la decadencia interna dentro de un campo que es crucial para la sociedad informada, pero cada vez más contaminada por la codicia y la oportunismo.