Hay una hermosa consistencia sobre Buzzard; Él es un puercoespín entre los hombres, con sus plumas siempre estampadas. Si ganó un auto nuevo con un boleto de rifa comprado a su nombre por una novia momentánea, lo reconocería de inmediato como un truco para sacarlo de una tarifa de licencia. Él denunciaría a la niña como una zorra contratada, golpearía al patrocinador de la rifa e intercambiaría el automóvil por quinientas seconales y una producción de ganado manejado con oro.
(There is a beautiful consistency about Buzzard; he is a porcupine among men, with his quills always flared. If he won a new car with a raffle ticket bought in his name by some momentary girlfriend, he would recognize it at once as a trick to con him out of a license fee. He would denounce the girl as a hired slut, beat up the raffle sponsor, and trade off the car for five hundred Seconals and a gold-handled cattle prod.)
Buzzard se representa como un individuo defensivo único, comparado con un puercoespín cuyas plumas siempre están en alerta. Su naturaleza sospechosa lo lleva a percibir incluso gestos inocuos, como ganar un automóvil, como esquemas engañosos dirigidos a fines de explotación. Esta desconfianza lo lleva a reacciones extremas, revelando una paranoia profundamente arraigada acerca de ser manipulada por otros.
En lugar de apreciar la buena fortuna, la respuesta instintiva de Buzzard implica la agresión hacia cualquiera que sienta que lo ha perjudicado, mostrando una cosmovisión violenta y cínica. Descartaría el automóvil, eligiendo convertirlo en sustancias y herramientas para sus propios fines, lo que refleja su desconexión de los valores convencionales y revela un personaje consistentemente arraigado en la hostilidad y la desconfianza.