En su libro "The Time Keeper", Mitch Albom explora la profunda idea de que nuestras vidas son finitas, y esta limitación tiene un propósito significativo. Al restringir la cantidad de días que tenemos, Dios nos anima a apreciar cada momento. La conciencia de la mortalidad destaca el valor del tiempo y nos insta a vivir de manera significativa.
.Esta perspectiva invita a la reflexión sobre cómo pasamos nuestro tiempo, empujándonos a centrarnos en lo que realmente importa. Cada día se convierte en una oportunidad para crear recuerdos duraderos, fortalecer las relaciones y perseguir nuestras pasiones. En lugar de dar tiempo por sentado, se nos recuerda que lo honremos como un regalo precioso.