En "Martes con Morrie", el autor Mitch Albom comparte ideas de sus conversaciones con Morrie Schwartz, quien se enfrenta al final de su vida. Morrie enfatiza que las personas a menudo persiguen las posesiones materiales, creyendo erróneamente que pueden reemplazar la conexión y el afecto humanos genuinos. Argumenta que tales actividades no satisfacen sus necesidades emocionales y, en última instancia, las dejan sintiéndose vacías.
Las reflexiones de Morrie revelan una comprensión profunda de la vida, lo que sugiere que el amor, la amabilidad y la compañía son lo que realmente alimentan el alma, especialmente en tiempos de dificultades. Afirma que la riqueza y el poder son sustitutos inadecuados de estas experiencias humanas esenciales, un sentimiento que resuena profundamente mientras se enfrenta a su propia mortalidad.