En este reflejo, el autor insta al lector a considerar la vasta red de engaño que ha existido a lo largo de la historia. Él enfatiza que innumerables mentiras han sido necesarias para crear el estado actual de la sociedad y sus instituciones. Esta perspectiva histórica sobre la deshonestidad provoca una profunda contemplación de cómo estas narraciones han dado forma a la comprensión humana y las normas sociales.
Además, el texto destaca la proliferación contemporánea de mentiras, particularmente de fuentes influyentes como los medios de comunicación y los líderes religiosos. El autor sugiere que estas nuevas narrativas fabricadas son significativas en su impacto, creando una realidad asombrosa para aquellos que reconocen la profundidad de esta manipulación. El llamado a "pensar" sirve como un recordatorio de la importancia del pensamiento crítico y la conciencia frente a la información engañosa.