Los recuerdos e imágenes de nuestras casas de la infancia permanecen en nuestras mentes, dando forma a quienes somos. Incluyen recuerdos vívidos de momentos específicos, como la luz suave que se filtra a través de una ventana o la familiaridad reconfortante de la cara de un ser querido. Estos restos sirven como un enlace a nuestro pasado, encapsulando la esencia de lo que esos lugares significaban para nosotros, incluso si...