El cronometraje es una parte integral de la vida humana; Constantemente rastreamos meses, años y días, confiando en relojes y horarios para nuestras actividades diarias. A diferencia de los humanos, los animales no se preocupan por el tiempo. Viven en el momento, no afectados por el paso de los días o la presión de los plazos. Este contraste destaca un aspecto único de la humanidad; Nuestra preocupación por el tiempo da forma significativamente a nuestras vidas.
Sin embargo, este enfoque en el tiempo también trae consigo una ansiedad profunda. Los humanos son las únicas criaturas que experimentan el temor de que el tiempo se escape, lo que lleva al miedo a la mortalidad y a la naturaleza finita de la existencia. Este miedo a que el reloj funcione es una carga que llevamos, lo que hace que nuestra relación con el tiempo sea una fuente de organización y un camino hacia la ansiedad.