Isabel reflexiona sobre un cumplido que escucha, sintiendo que la palabra "muy" quedó insuficientemente completada. La frase "muy hermosa" le hace cuestionar su comprensión del lenguaje utilizado a su alrededor. Frustrada, concluye que quizás su lucha por comprender ciertos comentarios se deriva de su comprensión limitada de los matices en las convenciones de lenguaje y comunicación.
Isabel contempla la idea de que la música, a menudo considerada un idioma internacional, tiene limitaciones. Ella reconoce que, si bien algunas expresiones musicales resuenan entre las culturas, la verdadera comprensión requiere un conocimiento más profundo de las reglas y contextos específicos dentro de los cuales se comparten. Esta realización la deja reflexionando sobre sus propias percepciones y las complejidades de la comunicación.