Estamos solos, nacidos solos, morir solos, y a pesar de las verdaderas revistas románticas, todos algún día miraremos hacia atrás en nuestras vidas y veremos que, a pesar de nuestra compañía, estábamos solos todo el camino. No digo solitario, al menos, no todo el tiempo, pero esencialmente, y finalmente, solo. Esto es lo que hace que tu autoestima sea tan importante, y no veo cómo puedes respetarte si debes mirar en los corazones y las mentes de los demás por tu felicidad.
(We are all alone, born alone, die alone, and-in spite of True Romance magazines-we shall all someday look back on our lives and see that, in spite of our company, we were alone the whole way. I do not say lonely-at least, not all the time-but essentially, and finally, alone. This is what makes your self-respect so important, and I don't see how you can respect yourself if you must look in the hearts and minds of others for your happiness.)
Hunter S. Thompson reflexiona sobre la soledad intrínseca de la existencia humana, señalando que, desde nuestro nacimiento hasta nuestra muerte, finalmente navegamos la vida. A pesar de la presencia de los demás y el encanto de las nociones románticas, él cree que cuando revisamos nuestras vidas, reconocemos este aislamiento como una verdad fundamental. Esta realización no equivale a ser perpetuamente sola, sino que subraya la soledad esencial que cada uno enfrentamos.
Esta profunda comprensión da forma a la importancia del respeto propio. Thompson argumenta que la verdadera autoestima no puede depender de las opiniones o emociones de los demás. En cambio, debe provenir de un sentido interno de valor y felicidad que sea independiente de las influencias externas. Solo al reconocer nuestra soledad podemos cultivar el respeto propio genuino y encontrar una satisfacción duradera.