Salimos alrededor de la medianoche y caminamos cuesta abajo en silencio. La noche fue bulliciosa, y a mi alrededor sentí la misma presión, una sensación de tiempo corriendo mientras parecía estar quieto. Cada vez que pensaba en el tiempo en Puerto Rico, recordaba esos viejos relojes magnéticos que colgaban en las paredes de mis aulas en la escuela secundaria. De vez en cuando, una mano no se movía durante varios minutos, y si la veía lo suficiente, preguntándome si finalmente se había roto, el clic repentino de la mano que salta tres por cuatro muescas me asustaría cuando llegó.
(we left about midnight and walked down the hill in silence. the night was muggy, and all around me i felt the same pressure, a sense of time rushing by while it seemed to be standing still. whenever i thought of time in puerto rico, i was reminded of those old magnetic clocks that hung on the walls of my classrooms in high school. every now and then a hand would not move for several minutes -- and if i watched it long enough, wondering if it had finally broken down, the sudden click of the hand jumping three for four notches would startle me when it came.)
En "The Rum Diary", el narrador reflexiona en una caminata nocturna por una colina, envuelta en una atmósfera gruesa y belleza. A medida que se mueven en silencio, se avecina una sensación de dualidad del tiempo, que cría pero estancada, crea un fuerte ambiente que resuena profundamente. Este momento evoca recuerdos de los viejos relojes magnéticos de la escuela, donde el pasaje del tiempo a menudo se sintió suspendido, lo que lleva a momentos de sorpresa cuando las manos saltarían de repente hacia adelante.
Este sentido del tiempo crea un telón de fondo contemplativo para el narrador, enfatizando la tensión entre la percepción y la realidad. En Puerto Rico, el tiempo adquiere una cualidad única, convirtiéndose en un compañero y una fuente de frustración, destacando la lucha para comprender la naturaleza fugaz de las experiencias en medio del flujo constante de la vida.