En "Los discursos" de Epictetus, presenta un argumento convincente con respecto a la educación y la libertad. Desafía la noción de que solo aquellos que son libres merecen una educación. En cambio, enfatiza que la verdadera libertad está fundamentalmente ligada a la educación, lo que sugiere que el conocimiento y la comprensión son componentes esenciales de ser verdaderamente libres.
Esta perspectiva destaca la importancia de la educación no solo como un privilegio para los ya libres, sino como una necesidad vital para que todas las personas alcancen la libertad. Según Epictetus, una persona educada tiene las herramientas para pensar críticamente y navegar por las complejidades de la vida, lo que finalmente conduce a un sentido de libertad más profundo.