En la vida, con frecuencia tratamos de evitar el dolor, creyendo que esta evitación ofrece alivio, pero una vez que experimentamos dolor, a menudo encontramos que la única solución es enfrentarlo. La analogía de alguien que se cae de un bote ilustra cómo luchar por mantenerse por encima del agua puede empeorar la situación. En cambio, debemos reconocer nuestro dolor y permitirnos ser llevados por él, encontrando una sensación de aceptación en medio de nuestras luchas.
Este proceso de rendición es esencial para desarrollar la fe, ya que requiere que confiemos en fuerzas mayores que nosotros mismos. Así como las hojas caídas flotan con gracia en las superficies de agua, rendirse a nuestras circunstancias puede proporcionar un apoyo inesperado. Las ideas de Nepo nos recuerdan que abrazar nuestras dificultades puede conducir a una comprensión y resistencia más profundas.