Somos como la bruja malvada. Prometemos pan de jengibre y luego nos comemos vivos a los mocosos.
(We're like the wicked witch. We promise gingerbread, then eat the little brats alive.)
En "El juego de Ender" de Orson Scott Card, una cita que compara a las personas con una bruja malvada captura un aspecto más oscuro de la naturaleza humana. La referencia a prometer pan de jengibre sólo para traicionar la confianza al dañar a inocentes simboliza el comportamiento manipulador y las promesas engañosas hechas a los niños y a los vulnerables. Esto sugiere que, si bien uno puede presentar una fachada amistosa, a menudo hay una intención siniestra acechando debajo de la superficie.
Esta metáfora revela las complejidades de la ambigüedad moral en la historia, enfatizando los sacrificios realizados en la búsqueda del poder o la supervivencia. Así como la bruja atrae a los niños con dulces, los personajes de "El juego de Ender" luchan con sus propios compromisos, reflejando las duras realidades de la manipulación y la traición en las relaciones y la sociedad.