Todos estábamos destinados a morir, y por eso es bueno que al menos podamos estar seguros de que nuestras muertes de hoy traerán un buen final, podrían hacer del mundo un lugar mejor.
(We were all fated to die, and so it is good that at least we can be sure our deaths today might bring about a good end, might make the world a better place.)
En "Pastwatch: The Redemption of Christopher Columbus", el autor Orson Scott Card presenta una perspectiva contemplativa sobre la mortalidad. La cita refleja la idea de que la muerte es una parte inevitable de la vida de todos. Transmite una sensación de aceptación de nuestro destino e insta a una consideración más profunda del legado que dejamos atrás. El reconocimiento de nuestra mortalidad puede inspirar a las personas a buscar significado en sus acciones.
Además, la idea de que nuestros sacrificios podrían contribuir a un bien mayor ofrece una sensación de esperanza y propósito. La noción de que la propia muerte podría conducir a cambios positivos en el mundo fomenta un enfoque proactivo de la vida, motivando a las personas a actuar de manera que puedan generar mejoras para los demás. En este sentido, la cita reitera la importancia del impacto colectivo, donde las vidas y muertes individuales pueden entrelazarse con una narrativa más amplia de progreso y redención.